El manierismo (o cómo salir de una crisis artística)

Hacia el final del renacimiento (segunda mitad del siglo XVI), luego de las grandes aportaciones de gigantes como Leonardo, Miguel Ángel, Rafael o Tiziano, parece que la pintura entró en una especie de crisis.

Podemos establecer un comparativo de aquella situación con lo que sucedió después de la muerte de Bethoveen: los músicos sabían que si continuaban componiendo sinfonías sería difícil superar al maestro aleman (como cuando alguien se levanta a cantar en un karaoke, después de que lo hizo un cantante experimentado).

Era como si Bethoveen hubiera agotado las posibilidades y variaciones de las sinfonías. ¿Qué sucedió entonces? Los músicos posteriores a él comenzaron a explorar otros estilos y tipos de composiciones musicales. Gracias a ello se dio el gran desarrollo que tuvieron los nocturnos (como los de Chopin), mucho más modestos que las sinfonías, pero de una profundidad y belleza incomparable.

Volviendo a la pintura, algo parecido ocurrió hacia el final del renacimiento, una vez concluidos los trabajos de los maestros del renacimiento, parecía necesario buscar nuevos caminos, ya que replicar la calidad de aquellos colosos parecía una hazaña poco probable.

En este contexto surgió el manierismo. Los pintores buscaron pintar al estilo (alla maniere) de los grandes maestros del renacimiento pero procurando llevar al extremo sus aportaciones y acentuar la estilización de los cuerpos. Así, si Rafael, el renacentista, pintó figuras gráciles y delicadas, los manieristas llevarían esta gracilidad a un grado extremo que sacrificaba, incluso, la proporción del cuerpo humano.

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La Virgen del Cuello Largo, Parmigianino. 1540

A la derecha puedes observar a qué nos referimos: se trata de una Virgen sosteniendo al niño. La Virgen está pintada con extremada delicadeza, lo podemos ver en sus manos y ropaje. Si observamos con más cuidado podremos notar que los dedos de las manos son desproporcionadamente largos, lo mismo que el cuello. Basta con que cierres tus ojos y trates de imaginarte una mujer con un cuello tan largo como el de esa Virgen, para que te des cuenta de que la proporción corporal de la figura no es adecuada (no para los canones renacentistas). La observación científica del cuerpo humano, llevada a cabo por Leonardo, dio paso a las contorsiones y exageraciones artificiosas de los manieristas.

 

Ahora bien, no se trata de una falla en la técnica. Los manieristas también eran maestros en la pintura. Conscientemente decidieron sacrificar el sentido de la proporción para transmitir una mayor delicadeza y

Raffaello_Sanzio_-_Sacra_Famiglia_con_Rafael,_Tobia_e_San_Girolamo,_o_Vergine_del_pesce
Virgen del Pez. Rafael Sanzio. 1513

belleza del cuerpo humano (en su opinión). Con el mismo objeto, muchos pintores manieristas buscaron dibujar cuerpos contorsionados o en posiciones poco naturales, exagerando así las poses renacentistas. Detengamonos un momento para comparar la virgen manierista de arriba, con una virgen renacentista, realizada por Rafel. Los colores, la luz y hasta la proporción del niño son distintas.

Muchos críticos, en su momento, minusvaloraron al manierismo como un arte decadente, residual; pero desde el siglo XX aprendimos a revalorarlo y a percatarnos de que gracias a las distorsiones introducidas por estos pintores, se lograron obras de un dramatismo y una intensidad que difícilmente hubieran sido alcanzados por las técnicas renacentistas.

Como ejemplo, en la pintura de la derecha pueden ver un cuadro de Tintoretto (famosísimo manierista). Se trata de El hallazgo de los restos de San Marcos (1562). tintoretto_san marcosRetrata un episodio verdaderamente intenso y dramático: unos venecianos se encuentran hurgando en una catacumba de Alejandría para tratar de encontrar los restos de san Marcos. En el momento en el que sacan el cuerpo indicado, se aparece el mismísimo santo para decirles que detengan la búsqueda (y que ya no allanen más tumbas), porque ya han encontrado su cuerpo. En la pintura vemos a San Marcos del lado izquierdo con un gesto lleno de tensión, deteniendo la búsqueda y a sus pies se encuentra su cuerpo inerte iluminado por su misma aparición. A la derecha vemos a un hombre del cual sale un demonio (vean la nube que sale de su aliento) gracias al santo. Este juego de luces y oscuridad, así como la presencia dramática de san Marcos fueron posible gracias a las distorsiones y exageraciones propias del manierismo.

Tanto los músicos románticos, posteriores a Bethoveen, como los manieristas nos indican qué hacer cuando un ciclo de grandeza y perfección se ha cerrado: no intentar copiar el pasado, sino buscar nuevos caminos, aun cuando estos sean más modestos que los andados por los genios del pasado.

 

 

 

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